El último beso

Un beso frío,
en la rigidez te di,
con tu piel pálida,
el silencio vio.


Te amaba siempre,
en el estrecho camino,
ojos que no mienten,
se fijo el destino.


Inédito sentimiento,
yace en la eternidad,
vaivén de estabilidad,
amargo sabor extinto.


Inclemente el tiempo,
soberana despedida,
cruel recuerdo,
no hay salida.


Hoy ha llorado el alma
y aquí sin más ánimo,
alucina la calma.

Empapada

En el olvido,


suspiras por mi cuerpo híbrido,


se enturbia mi alma cuando llegas a mi ombligo,


caigo en la grieta despiadada que me conduce a tu falo,


a la misma vaina de enviciarme con tus fogosos subterráneos,


arropando mi celo con tu manto de libido feroz, suculento.




Aquí,
esperando en mi garganta tu amor,


que de carnes siempre me habla,


susurrándole a mi lengua que se excita,


a veces mis ganas tocan tu masa,


recorren mis protuberancias,


y me tragas en silencio


porque sigo empapada.




Así, bañada en el sudor de tu pasión,


embriagada en el sexo,


en sauna con tus deseos,


en lluvia con tus delirios,


en río con tus orgasmos,


en océano con tus besos aguados,


en un paraíso estoy,


mojada,


contigo.

Tan tuya y tan de nadie

Tan tuya y tan de nadie
exquisito manjar que quiero darte,
en el tiempo suelo esperarte,
para jugar contigo y tu piel elegante
y dentro de mi ser guardarte,
así, tu deseo y placer devorarte,
con ganas después de repletarte.

Y titila en mi oído tu sexo,
susurra tu sed de miedo,
agarras mi cuerpo,
seduces y tocas con tus dedos,
sensibilizando cada nervio,
prosigues en tu movimiento.

Y tan tuya y tan de nadie,
caricias que subliman el amarte,
sudor que impregna el besarte,
exploras mi actividad al respirar en mi Marte.
Forjas una gruta de travesías,
concavidades ardidas,
olores de calores que se agitan,
golpes de muslos gritan,
canto lejano de esencias furtivas.

Y tan tuya y tan de nadie,

tú me vuelves arte,
tú y mis deseos de amarte,
son tan tuyos y tan de nadie.